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miércoles, 12 de junio de 2013

El impacto de la destrucción ambiental en Latinoamérica

12/06/2013

Tras un bestial proceso de industrialización, las grandes naciones que idolatran el canibalismo corporativo del siglo XXI, NO desean que los libros de historia y geografía a escala global, revelen el atroz método que emplearon para consolidarse en la élite de la Sociedad Moderna. Por tal razón, explicaremos la problemática ambiental actual, que no se contradice a la eterna subversión del Hombre, las empresas y la indiferencia de la gente.
La gran biodiversidad en los territorios de Vespucio, siempre estuvo amenazada por los designios foráneos que invadieron, saquearon y conquistaron nuestros recursos naturales, para colonizar los senderos de la esclavitud, sazonar la paella de la impunidad y canjear la sangre del ecocidio. Tras “cruzar el charco” con los tesoros del etnocidio y las ofrendas de la corona, se acostumbraron a naufragar en lo cristalino del agua, en la frondosidad de un árbol y en el polvo de la arcilla, que fueron los principales testigos de un voraz descubrimiento anclado en las manos del genocidio.
Toda esa barbarie humana, causó un gran interés en el Tío Sam y su pandilla norteña, quienes no dudaron en unirse al festín del crimen ecológico, para seguir expropiando las potencialidades verdes, que con el pasar de los siglos se dedicaron a destruir irreparablemente. El secreto a voces sobre lo fértil de la semilla latinoamericana, recorrió los cuatro puntos cardinales en busca de cómplices asiáticos, oceánicos y europeos, que rentabilizaran las indomables tierras de Bolívar.
Tras un bestial proceso de industrialización, las grandes naciones que idolatran el canibalismo corporativo del siglo XXI, NO desean que los libros de historia y geografía a escala global, revelen el atroz método que emplearon para consolidarse en la élite de la Sociedad Moderna. Por tal razón, explicaremos la problemática ambiental actual, que no se contradice a la eterna subversión del Hombre, las empresas y la indiferencia de la gente.
En Ecuador, se sigue padeciendo la repulsiva destrucción ambiental causada por la compañía Texaco-Chevron, que irrumpió la Amazonía ecuatoriana entre 1964 y 1990, logrando vender el alma de la Pachamama al mercantilismo del Diablo. Ninguna demanda, juicio o apelación, podrá reparar los incalculables galones de crudo desbordados, las nocivas aguas tóxicas que se carcomieron los suelos y los gases que envenenaron el aire selvático. Además, la muerte de comunidades indígenas que poblaban y trabajaban miles de hectáreas antes de la devastación, representó un total irrespeto al derecho a la Vida, a la interculturalidad de los pueblos y a la soberanía territorial.
En Argentina, la rotura de una pileta perteneciente a la empresa estatal YPF en el mes de enero del 2013, provocó derrames petroleros en las aguas del río Colorado, que atraviesa a provincias como Neuquén, Mendoza y La Pampa. Los 15 metros cúbicos del líquido oleaginoso que cayeron en el área afectada, estropearon el equilibrio de los ecosistemas y la calidad de vida para las personas que cohabitan los caseríos por donde pasa el cauce.
Lo triste, es que los funcionarios públicos encargados de proteger los recursos hídricos de la ciudad, reconocieron el riesgo permanente de daños ambientales por la actividad petrolífera, sin generar una crítica ante el hecho punible, ni crear una reflexión conservacionista en la población. Recordemos que en marzo del presente año, se hallaron miles de peces muertos en el lago de la represa “El Diquecito”, en el sur de Tucumán, lo que sin duda, fue un lamentable ecocidio fruto de la negligencia laboral para combatir los altos niveles de sequía.
En Perú, la compañía “Minera Ares” fue multada en el mes de diciembre del 2012, por causar un grave daño ecológico en la provincia de Castilla, región de Arequipa. Con la inspección del Ministerio del Ambiente, se apreció un incremento en las emisiones de sólidos que finalmente contaminaron al río Collpa A su vez, la generación de basura electrónica que supera las 90.000 toneladas al año, se ha convertido en un problema sanitario en tierras peruanas. Menos del 12% de sus habitantes, cumplen con las 3Rs (reducir, reutilizar y reciclar), lo que influye negativamente en las condiciones medioambientales y en la recolección de desechos, que exigen una mayor conciencia social en la ciudadanía y la aplicación de normativas legales de sus gobiernos.
En Colombia, casi 40 hectáreas de bosque nativo fueron arrasadas en el mes de febrero, dentro de un predio particular ubicado en las veredas de Apiay y Catama, que se intentaba convertir en un área urbanística, sin importar las 5 corrientes hídricas y la cobertura boscosa que fueron destruidas. El atentado ecológico terminó con la vida de especies de fauna (garzas, araguatos, caracoleros), y árboles autóctonos (moriches, palmas manacas). De igual manera, existe un riesgo latente de ecocidio, por culpa de la empresa petrolera “Hupecol”, que opera en el departamento colombiano del Meta, y que amenaza con más de 50.000 hectáreas, que se consideran un reservorio natural de los Llanos Orientales. Lo lamentable, es que en agosto del 2012, las autoridades ambientales habían rechazado la petición de exploración a la compañía, pero meses después, le dieron luz verde a sus inicuos planes.
En Chile, el salvaje proyecto “Pascua Lama” impulsado por la minera canadiense Barrick Gold, es un caso de destrucción ambiental que enturbia la integridad de los glaciares. La falta de un plan de manejo para el uso de las aguas tras procesar los minerales, afectó los ecosistemas y contaminó la población norteña de Valle del Huasco. Lo triste, es que aunque la empresa ya ha sido imputada por daños ecológicos en países como Noruega, República Dominicana y Australia, seguirá su perverso andar en territorio austral, gracias a la complicidad de una Superintendencia de Ambiente, que sólo investigó y denunció la problemática, cuando el ecocidio ya fue consumado de forma irreparable.
En el Golfo de México, el derrame petrolero del año 2010, causado por el colapso en la plataforma “Deepwater Horizon” de la empresa inglesa “British Petroleum”, sigue encontrando huellas del abismal ecocidio, que vertió millones de galones de crudo en sus contaminadas aguas. En lo que va del 2013, se reportan más de 650 delfines muertos y miles de tortugas marinas perecen en silencio. Además, el hecho de que la mancha tóxica se vaya disipando visualmente, no quiere decir que su impacto ambiental terminara. La sangre faunística por el abuso irracional del Hombre, se aprecia en la cadena alimentaria de la vida marina, que socavó el destino de orcas y cachalotes.
En Costa Rica, la construcción de una carretera cerca de la frontera con Nicaragua, afectó a más de 600 especies, contaminó al río San Juan por los sedimentos arrojados y perjudicó gravemente los ecosistemas. Mientras se edificaba la ruta 1856 Mora-Porras, se destruyeron más de 100 kilómetros lineales que se consideraban de alta sensibilidad ecológica, poniendo en riesgo la conectividad biológica del Istmo centroamericano. La “Trocha fronteriza”, arrasó con 35 hectáreas boscosas, 300 hectáreas de suelo y 39 puntos críticos. Desde finales del 2010, se iniciaron las obras industriales, en las que existía un total desconocimiento sobre las condiciones topográficas que se estaban por alterar.
En Venezuela, el infernal “rustiqueo” de las carreras Fun Race 4x4, fue prohibido en los parques nacionales desde el año 2011, debido a la fatal destrucción que ocasionó en la Gran Sabana, tras echar a perder los hábitats naturales, los recursos hídricos y la biodiversidad en parte del territorio criollo. Los piques de fango, siempre acaban con la paz de la Naturaleza, porque se realizan en áreas protegidas muy sensibles ante la perversión humana. Aunque en febrero del 2013, se ratificó la decisión judicial de sancionar el furioso ecocidio en cuatro ruedas, es vital que las comunidades se organicen y denuncien oportunamente cualquier delito que presencien. Recordemos que el evento pseudo-deportivo “Rally Dakar”, efectuado en el mes de enero, provocó un impacto ecológico negativo en Argentina, Chile Y Perú. Los directivos del negocio, violaron la ley al evitar una evaluación ambiental que terminó destruyendo más de 200 sitios arqueológicos que pertenecían al patrimonio cultural de los pueblos nativos.
En Brasil, el número de alertas por deforestación en la región amazónica, se incrementó en un 26% a finales del 2012 y principios del 2013, reafirmando los indicios de explotación ilegal maderera. A su vez, la agricultura mecanizada y la expansión de mercados, son factores comerciales que profundizan el problema socio-ambiental. No es casualidad, que junto a China, India y EEUU, la nación carioca sea uno de los países más contaminantes y responsables del Cambio Climático, el Efecto Invernadero y el Calentamiento Global. La verdad, es que Brasil representa toda la controvertida historia que cotejamos a diario. Un lugar lleno de exuberantes paisajes, que en vez de ser protegidos, los han puesto a la venta de las despiadadas empresas extranjeras.
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Por eso, el planeta Tierra sigue estando a merced de las transnacionales, que conspiran gracias al pacto de alienación entre los gobiernos de turno, los organismos judiciales y el egoísmo de los trabajadores. No olvidemos, que detrás de todos los ecocidios mencionados, se esconde la mano de muchísimos hombres de carne y hueso como usted, quienes fueron los encargados de encender las máquinas, los tractores, las motosierras, los camiones de demolición y las retroexcavadoras que se emplearon para perpetrar el daño ambiental. Es cierto que las corporaciones son las grandes culpables en destruir la biodiversidad del Mundo, pero es el individualismo de las personas en no querer renunciar a sus trabajos, al temor de ser despedidos sin remuneraciones económicas y a la apatía en contra de la Naturaleza, las variables que en realidad inciden con negatividad en la crisis ambiental global.
Si las compañías se atreven a sacar transgénicos al mercado, a engañar con publicidades en la TV y a incentivar el consumismo a los cuatro vientos, es porque saben que una gran cantidad de borregos estarán dispuestos a refrendar esa mentira, ya sea por presión social, ignorancia o reactancia. Si la gente asumiera su cuota de responsabilidad ecológica, pues NO existiera tanta impunidad y la justicia ciega sería el sendero de luz por transitar. Aunque falta mucho por aprender de la Pachamama, ya es tiempo de iniciar un proceso de autodescubrimiento, en el que todos juntos defendamos sus legendarios recursos naturales para el progreso de la Humanidad.

miércoles, 5 de junio de 2013

En el Día del Medio Ambiente 2013: La Tierra tiene fiebre y la sociedad está enferma

5/06/2013
 
Entendiendo metabólicamente a nuestra civilización. La civilización actual ha entendido a la economía de extracción como una de las bases imprescindibles para la mejora de sus sociedades y su bienestar. Pero, el flujo del dinero no ha optimizado la calidad de vida de millones de humanos y menos aún de un planeta que se degrada a pasos agigantados. Ayudar a comprender el funcionamiento económico desde sus variables físicas no monetarias, contribuirá también a entender muchos de los cuellos de botella hacia el desarrollo humano, su verdadero bienestar y su relación conflictiva muchas veces con las otras especies y los ecosistemas sobre los que se reproduce parasíticamente.
El bienestar de la especie humana se ha sostenido y apoyado desde sus inicios en su vinculación y acceso en muchos casos a bienes comunes muchos de los cuales, la economía inicialmente ni siquiera alcanzaba a valorar o contabilizar como la tierra, el agua, las fuentes preindustriales de energía o los recursos biológicos (Pengue 2012). Como justamente estos recursos no se encontraban por doquier, los primeros asentamientos humanos, poblaciones y ciudades lo hicieron en aquellos lugares donde inicialmente existía esta disponibilidad y ciertamente entonces, estos recursos eran utilizados y consumidos localmente, dando sustento y crecimiento a poblaciones y demandas generalmente vinculadas con sus consumos endosomáticos (Pengue 2009) o bien para satisfacer demandas aún no demasiado intensivas. Los impactos eran aún muy bajos en general. En las etapas iniciales, cuando el entorno ambiental era tan vasto frente a escasa una población humana, estos impactos pasaron entonces, prácticamente imperceptibles. En otros, avanzando en la historia, el crecimiento de civilizaciones enteras y posteriormente su caída, en la mayoría de los casos se produjo justamente por la limitación vinculada a la desaparición local o regional de un determinado recurso natural (agua, suelo productivo, madera, biodiversidad). Hacia los últimos tres siglos, el crecimiento poblacional, la expansión particularmente de las ciudades y las actividades comerciales, se hicieron cada vez más crecientes y generaron una demanda de bienes que ya superaba la escala local, para hacerse regional y en algunos casos, global, pero de baja intensidad.
Nos estamos comiendo el mundo, y justamente además, comiendo muy mal. Ésta, nuestra nave, hoy está bajo ataque. De esos más de 7.000 millones de viajeros, 900 millones pasan hambre diariamente, pero 1.500 millones han comido en exceso. Ambos están en riesgo y muriendo frente a dos epidemias inexplicables (las hambrunas o la obesidad), mientras que tiramos sin sentido al tacho de basura 1.300 millones de toneladas de comida anualmente ¿Seres racionales?, pues no lo pareciera y todo ello bajo una premisa que nos dice “creced, multiplicaos y especialmente, consumíd”.
Nos estamos comiendo el mundo y saqueando nuestros recursos (Pengue 2010). Las pesquerías, las mejores tierras del mundo y hasta también las peores, el acceso a la biodiversidad o al agua se hacen cada vez más restringidos para millones de humanos (Pengue 2008). Los conflictos ecológicos distributivos de este nuevo siglo se dejan entrever día a día y nuestros decisores de políticas públicas, se han convertido tan solo en gerentes de la destrucción, en general, de nuestra propia naturaleza y nuestras gentes. No han visto hasta ahora, que el problema no es la economía del PBI sino la economía y la administración de nuestra propia casa y su base de recursos: la ecología.
En los últimos cincuenta años, todos los indicadores “económicos” se muestran crecientes en su tendencia. Además de la población, crecen el PBI, la inversión extranjera directa, las represas construidas, el consumo de agua, el consumo de fertilizantes, de papel, de hamburguesas (brutalmente), los automóviles (somos la “civilización del automóvil”), de los teléfonos y celulares, del turismo internacional (el insostenible aún más) (Pengue 2012). Pero lo que no crece o lo que no se quiere ver, es el crecimiento de las “externalidades negativas”. Los costos ocultos del crecimiento de la economía marrón, que se expande en algunas partes del mundo desarrollado y ciertamente sobre todo el mundo en desarrollo. Pero estas externalidades no se pueden ocultar y ya las percibimos en nuestro cambio ambiental global.
Así también crecen los sistemas de alarma en la tierra como el aumento de N2O, de CH4 en la atmósfera, las grandes inundaciones, las estructuras de protección de costas, la actividad biogeoquímica marina en las costas, la pérdida de la biodiversidad global, el aumento en el cambio en el uso de la tierra y la apropiación de la misma y la pérdida de ecosistemas completos Hoy en día la tierra está bajo ataque. Es un ataque directo y manifiesto para sacar provecho de todos sus recursos y sus enormes servicios ambientales, al mejor estilo de una minería insostenible.
En este último siglo, y particularmente en los cincuenta años previos, el comercio internacional basado en recursos como los alimentos, maderas, minerales, metales y combustibles fósiles se expandieron de una manera impensada. Estos recursos igualmente han estado disponibles e incluso mejorado su acceso en muchos casos a crecientes porciones de la población, pero a un costo a veces ambiental y un efecto sobre la base de recursos a veces no considerada.
Justamente en ese sentido, los Intangibles Ambientales (Pengue 2011, 2013) o bienes incorporados (embodied materials) en los productos engrosan entonces el movimiento mundial de mercancías o bien son la base material en la cuál se sostienen o mediante las que es posible realizarlas. El consumo de estos materiales justamente no es contemplado en las cuentas de ganancias y pérdidas pero son justamente un recurso que se mueve y transforma en el proceso productivo, sea desde la extracción, la transformación, el transporte, la comercialización, el consumo y hasta el lugar final donde se colocan los residuos, que demandan tierra u agua muchas veces donde ser depositados.
El estudio sobre el flujo internacional de materiales y sus efectos sobre el comercio mundial y el uso de los recursos globales abreva en lo que previamente se trabajó y con mucha profundidad desde la misma América Latina y que terminó siendo el eje integrador de lo que se conoció como la Teoría del Deterioro de los Términos de Intercambio. Si bien su foco era otro, la lógica de acceso a bienes comunes baratos, su disponibilidad especialmente, la desconsideración sobre los impactos de su extracción, los pasivos ambientales dejados y el intercambio de trabajo barato por caro, estuvo en las mentes de muchos pensadores de esta Región. El economista argentino Raúl Prebisch planteo esta teoría y a su vez desarrollo en algunos de sus artículos, consideraciones sobre la estabilidad de la base productiva de América Latina: sus recursos y en especial por ejemplo, suelo. También otros como Rayén Quiroga en su obra “El Tigre sin Selva”, desarrolló conceptos similares frente a la degradación ambiental y Jacobo Schatan en “El Saqueo de América Latina”, lo materializó en cuanto a volúmenes de materiales exportados. No puede no considerarse en cualquier argumentación respecto del tema, desde la misma Región, el efecto reflexivo que nos trae la ya pionera obra, “Las venas abiertas de América Latina”, particularmente en cuanto a comprender las relaciones de la extracción de riqueza de América, que sentó las bases del desarrollo precapitalista europeo y fue ciertamente su pilar en el desarrollo de su sistema económico en siglos posteriores. No, justamente la discusión sobre lo que sucede con los recursos, su explotación y la forma de utilización de los mismos no ha emergido del pensamiento europeo, sino que tiene fundacionales raíces, en la América Latina.
Quizás la preocupación de una buena parte del mundo hoy, haya virado hacia una necesidad de garantizar el acceso y continuidad del flujo de recursos naturales hacia las economías globales, ciertamente en estos últimos tiempos y según las proyecciones bastante más hacia delante, con precios crecientes (Diagrama siguiente). ¿Una oportunidad o un riesgo, frente a la demanda mundial?. Pues dependerá mucho de cómo las administraciones de la región, dirijan y gestionen los procesos de transformación de naturaleza y en manos de quienes se dejan estas riquezas. Es comprensible que el “stock natural” tanto de recursos renovables como no renovables, pueda ir agotándose con el tiempo o a través de su mala utilización y eso en parte el sistema de precios global debe reconocerlo en su plenitud como así también los programas nacionales por otro lado, contar con sus políticas para conocer la evolución de este balance de cuentas de la naturaleza. Las materias primas siguen ciclos de alzas y bajas, y durante la última década la tendencia al alza, de la mano de las nuevas demandas y el crecimiento de los colosos asiáticos nos llevó a un escenario de precios crecientes en los que, lamentablemente, nuestras economías y sus decisores de políticas basaron su estrategia y escenarios, incluso de largo plazo. Hoy esa misma tendencia se sigue mostrando pero con fluctuaciones que dejarán temblando a más de un país o región. En muy poco tiempo, los precios de los commodities bajaron fuertemente. Entre el año pasado (2012) y el 2013 la plata cayó casi un 30 %, el cobre un 17 %, hasta el oro va hacia la baja en un 18 % y el hierro base de la pujante demanda china, se desplomó al 46 %. La soja, el “yuyo” de oro, que había rozado el pasado año en Chicago los 700 dólares la tonelada, bajó a poco más de u$s 554 y rondará probablemente los 450 dólares cuando se coseche en la Argentina. Pero esto es ¿una caída en el precio de los commodities?. En el escenario de mediano plazo, la soja no cae tanto, si pensamos que allá por los noventa (1999) estaba su precio en 180 dólares. Por supuesto, estos mercados extractivos, jamás incluyeron los costos de degradación y daño ambiental, que algunos países podrían recuperar aplicando “retenciones ambientales” (Pengue 2008) a semejante nivel de extracción de los recursos.
Varios estudios comienzan a mostrar que las economías de la región latinoamericana y particularmente la Argentina (Perez Manrique y otros 2013) están siguiendo andariveles diferentes a las de las economías de los países desarrollados, sostenidas fuertemente por la extracción de recursos naturales. Esto se ve claramente en al análisis metabólico de la sociedad, pero aún así no han hecho un fuerte foco en los efectos sobre los materiales de base (los Intangibles Ambientales aquí mencionados). La incorporación de estos Intangibles (suelo virtual a través de los nutrientes extraídos por ejemplo), a los estudios de Contabilidad de Materiales (MFA) serán para la Región un importante apoyo para la comprensión de los nuevos efectos de este intercambio ecológicamente desigual del siglo XXI
El siglo XXI ha encontrado a una parte de la humanidad bajo una vorágine de consumo creciente que parece no detenerse. Este es un proceso que, acompañado de sistema económico que necesita crecer a cualquier precio, genera una demanda creciente de recursos naturales por una parte y de desechos imposibles de digerir por nuestra naturaleza.
Más allá de los indicadores ambientales globales y regionales que, como guarismos individuales pueden mostrarse como resultados malos, neutros y hasta positivos lo que está el hombre dejando de percibir es que es él mismo, quién está generando un desequilibrio no sólo económico, sino ecológico y social sin precedentes y con una recurrencia de catástrofes ambientales, muchas de las cuales son el resultado de sus acciones en los últimos cien años de historia humana. Otras, ciertamente no.
Por el otro lado, la ciencia y la tecnología ha traído aparejada para la humanidad una serie de transformaciones sociales, tecnológicas, científicas y productivas que han facilitado el acceso del hombre a formas de explotación de los recursos naturales inéditas hasta hace poco más de dos décadas. Hemos avanzado mucho en este aspecto en los procesos de transformación y también retrocedido en otros tantos. Maquinarias, enormes equipos, procesos metabólicos globales, geoingeniería, bioingeniería, ponen en las manos del hombre una enorme cantidad de recursos naturales a los que previamente no había podido tener acceso. La sociedad del riesgo está ya entre nosotros.
La irracionalidad de esta demanda creciente deriva de una hasta ahora irrefrenable sed por recursos emanada de un gran cambio en los estilos de consumo globales, sumado a nuevos procesos productivos y la entrada al sistema capitalista de una enorme masa de nuevos demandantes provenientes de los países emergentes y sus clases medias (China, India), pero también de las economías post industriales que no sólo pretenden seguir creciendo sino perpetuar y hacer crecer aún más sus propias demandas.
El aumento en términos de las actividades de transformación de la naturaleza por parte de la humanidad (metabolismo social) es incuestionable y encuentra al último siglo XX como la centuria de mayor transformación en la historia humana. Mientras la población global crecía cuatro veces, las demandas de materiales y energía lo hacían a guarismos superiores a las diez. El incremento del consumo de biomasa lo hacía 3.5 veces, el de energía en doce veces, el de metales en 19 veces y el de materiales de construcción, sobre todo cemento, unas 34 veces.
A finales del siglo pasado, la extracción de recursos naturales era de 48.5 mil millones de toneladas (más de una tercera parte biomasa, 21% combustibles fósiles y 10% minerales), registrándose un consumo global per capita de 8.1 toneladas al año con diferencias per cápita de más de un orden de magnitud.
Para el 2010 las estimaciones rondaron las 60 mil toneladas de materiales al año y unos 500 mil pentajoules de energía primaria. El 10% de la población mundial más rica acaparaba entonces el 40% de la energía y el 27% de los materiales. Mientras el grueso de tal población se ha concentrado en las últimas décadas en Estados Unidos, Europa Occidental y Japón, en contraparte, las regiones que principalmente han abastecido el mercado mundial de recursos naturales han sido América Latina, África, Medio Oriente, Canadá y Australia. China, Corea del Sur, Malasia e India se colocan como importadores netos de recursos en los últimos años, ello pese a que en algunos casos, tienen una producción doméstica importante (Dittrich y otros 2011).
De seguir sin cambio alguno, el aumento en la extracción de recursos naturales podría triplicarse para el 2050, mientras que si se opta por un escenario moderado, el aumento sería en el orden del 40% para ese mismo año (esto es unas 70 mil toneladas en total) (UNEP, 2011). Mantener los patrones de consumo del año 2000, implicaría por el contrario, que los países centrales disminuyan su consumo entre 3 a 5 veces, mientras que algunos “en desarrollo” lo tendrían que hacer en el orden del 10% - 20%.
Es verdad que estas estimaciones tienen en cuenta solamente un aumento en la capacidad tecnológica tendencial de creación de nuevo conocimiento y nada se dice con respecto a otros posibles saltos cientifico-tecnológicos, pero igualmente la cifra de consumo apabulla y abruma de solo pensar los recursos necesarios en términos materiales y energéticos necesarios para garantizar el funcionamiento del metabolismo de nuestras sociedades.
El gigantismo económico y financiero y también el tecnológico, de este nuevo orden global, en estos tiempos se percibe en la crisis económica, pero la expansión de este fenómeno se encuentra en todas partes del mundo económico, en el cambio de escalas, que superan a la humana, no sólo en el mundo del capital, sino en el mundo global empresarial (que no tiene límites a su vorágine), en el crecimiento expansivo de los grupos corporativos, en sus formas de apropiación del mundo, de sus gentes y de su naturaleza.
La contradicción entre el capitalismo y la sustentabilidad y estabilidad planetaria ha sido planteada por autores como Joel Kovel, en su libro The enemy of nature. The end of capitalism or the end of the world? (El enemigo de la naturaleza. ¿El fin del capitalismo o el fin del mundo?), de 2002, donde alerta sobre estas cuestiones.
A pesar de todos los esfuerzos por encontrarle la vuelta a la “sustentabilidad” del sistema capitalista, el capitalismo como tal es insostenible en términos de garantizar la continuidad de sostenimiento de la base física que le contiene.
Cuestiones clave de cara al milenio ya iniciado, y que ni siquiera se han podido solucionar en parte, tienen vinculación directa con la sobreexplotación de los recursos naturales y prácticamente la subvaluación de su base de sustentación, la integridad de los ecosistemas. Algunas de ellas son la subvaluación de estos (es decir, el no reconocimiento de su verdadero valor ambiental y no sólo desde el mercado), la presión desenfrenada sobre los ecosistemas, el aumento de la brecha entre ricos y pobres, la distribución inequitativa de la riqueza y el hambre creciente en el mundo. Todo esto, bajo un escenario de cambio climático que nos es contemporáneo y cuyas secuelas se pueden apreciar en una recurrente suma de catástrofes naturales o antrópicas como sequías, inundaciones, pérdida de producciones de alimentos, etc., que recién comenzamos a dilucidar.
La especie humana sigue creciendo. El proceso expansivo, como el de toda especie que no encuentra “enemigos naturales” ni “elementos controladores” en su entorno, no tiene límites. El hombre ha logrado alcanzar el pináculo de la vida y se erige desde allí como el ser supremo por encima de todo. Sin controles parece ser que ni las recurrentes catástrofes climáticas ni ambientales le estuvieran poniendo límites. La economía verde, un ajuste económico verde dentro del modelo capitalista global que pretender reconvertir a la actual economía marrón (Pengue b) 2012) pareciera ser una de las pocas ofertas globales disponibles presentadas por políticos y científicos. Las alternativas a otras escalas (regional, local), incluso “contra” el modelo capitalista parecen por cierto tener un mayor anclaje propositivo (el Buen Vivir, la Economía Social y Solidaria). Pero, ¿en la escala mundo y el modelo capitalista circular global y sus alternativas?, ¿no tenemos nada?...
El hombre está tomando todos los recursos del planeta para sí. Y de la mano de nuevos esfuerzos de la ciencia y la tecnología y su gigantismo tecnológico, produce transformaciones increíbles. Asi como ha llegado a licuar a las montañas, está arando el fondo del mar, deforestando millones de hectáreas de suelo fértil o sembrando el mar con nutrientes para generar cambios y reacciones climáticas enormes. Por otro lado, alcanza y utiliza los recursos más pequeños para transformar y adaptar la propia vida.

lunes, 13 de mayo de 2013

Impuestos ambientales ¿pagar para contaminar?

13/05/2013

Los impuestos por contaminación y despilfarro se aplican en el mundo desde hace décadas, sin embargo la situación ambiental no ha mejorado. El debate es ético e ideológico. ¿Cuál debería ser el límite? ¿Cuál el rol del Estado? ¿Qué políticas son necesarias?
Durante la última dictadura, la Argentina tuvo un sistema inverosímil por el cual las empresas podían elegir entre depurar sus efluentes o arrojar el veneno directamente a los ríos, previo pago de una módica cantidad. La opinión popular rechaza de un modo prácticamente unánime esta concepción.
En realidad, los únicos que están de acuerdo son aquellos que piensan que todo lo que nos ocurre en la vida puede ser expresado en cantidades de dinero. El punto de vista del común de la gente lo expresó bien uno de los asistentes a una conferencia en la que expliqué que en la Argentina de esa época se cobraba una cuota –o un impuesto– para dar permisos de contamine –¿Por qué hacerlo con este delito solamente? –dijo– Podríamos cobrar una tasa para autorizar cualquier crimen. ¿Cuánto cobraríamos por una violación? ¿Y por un parricidio? En tanto las cuestiones de medio ambiente no le costaban dinero a nadie, estaban, casi por definición, fuera de la economía. El valor de los bienes no dependía de su utilidad, sino de su escasez: el agua y el aire son gratis, aunque sean indispensables para la vida –se decía–, porque son muy abundantes. En cambio, el oro no sirve para nada pero es carísimo, porque es muy escaso.
Precisamente, los temas de medio ambiente entran en la economía cuando se comprueba que el agua y el aire, los suelos y los bosques, la fauna
y la energía, han pasado a ser escasos. Porque el problema era tratar de contemplar cosas que no se compran ni se venden en una economía de mercado. O, al menos, incluirlas en una teoría económica que centra en el mercado todas las acciones humanas. ¿Cómo conciliar la idea del mercado como bondadoso centro del mundo, con los tóxicos que quedan tirados en los ríos?
Al fin, después de mucho revisar en el desván de la teoría económica, aparecieron las “externalidades”.
En la década de 1930, el profesor Arthur Pigou había empezado a hablar de ellas, y las había definido como las relaciones entre unidades económicas (personas o empresas) que no ocurren a través de los mecanismos formales del mercado. La teoría incluía dos clases de “externalidades”: Pigou llamó “economías externas” a la situación en que alguien se beneficiaba por la acción de otro, fuera de los mecanismos del mercado. Un ejemplo es el de las tierras que se valorizan cuando se construye un camino que pasa junto a ellas. Las “deseconomías externas”, por su parte, son los perjuicios sufridos por algo que hace algún otro, sin pasar por el mercado. El ejemplo clásico dado por Pigou es el de una lavandería de Londres, que colgaba las sábanas en la terraza y eran ensuciadas por el hollín de la chimenea de una fábrica vecina, obligándolos a un nuevo lavado. Está claro que se trata de una relación económica entre ambos, aunque no se vendan ni compren nada el uno al otro.
A partir de aquí, todos los problemas del medio ambiente pasaron a ser considerados como “deseconomías externas”, desde el punto de vista de los perjudicados. En realidad, al viejo Pigou no le importaba para nada la ecología: estaba tratando de construir un modelo teórico que demostrara el “equilibrio general” y hete aquí que las ecuaciones no le cerraban. Resulta que estaba poniendo el dedo en la llaga: el fundador de la Economía Política, Adam Smith, había afirmado en 1776 que el egoísmo era la fuente de la riqueza de las naciones y muchos economistas seguían sosteniendo lo mismo. Decían que si cada uno se ocupaba exclusivamente de sus propios intereses, entre todos lograrían construir una sociedad más rica y más feliz.
Pero las ideas de Pigou representaron un duro golpe, por venir de alguien que hablaba desde adentro de esa corriente de pensamiento. Si alguien se hace rico envenenando un río, su felicidad no coincidirá con la de los demás. La economía oficial estaba descubriendo las contradicciones entre el interés individual y el interés social. Y aquí se abre un debate en que los distintos autores primero y los decisores políticos después, tratan de conciliar lo inconciliable. Lo primero es tratar de negar la existencia o la importancia de un fenómeno molesto. Uno de los autores (Tibor Scitovsky) describe y analiza prolijamente el tema, considerando como “externalidades” los humos, ruidos, y otras molestias que sufren las personas. Pero a pesar de dedicarle un artículo científico, se pregunta en las conclusiones si las “externalidades” serán realmente relevantes. Piadosamente responde que existen diferentes opiniones entre los economistas.
Otro de los autores (Francis Bator) va mucho más allá, adoptando el supuesto de que a la gente no la afectan para nada los problemas de ruidos, humo, hollín, agua contaminada, y otros. Con esos datos construye un prolijo modelo matemático en el que no existen los problemas ambientales. Por su parte, Guido Di Tella hizo su aporte al debate afirmando que la noción de “externalidad” es uno de “los más evasivos conceptos del pensamiento económico”. Y agregó que “el concepto de externalidad es riguroso pero de dudosa relevancia en el mundo real”. Pero para gran parte de los economistas la solución ya estaba puesta sobre la mesa: había que establecer una política que cobrara impuestos a las empresas que generaran “deseconomías externas” (tales como la contaminación). El razonamiento era el siguiente: la contaminación representaba un costo que las empresas no estaban asumiendo. Había que lograr que lo computaran. Si no lo hacían, cobrarles un impuesto era una forma de meter la contaminación dentro de su estructura de costos. Se populariza un destrabalenguas que habla de “internalizar las externalidades”.

CUADERNO DE BITÁCORA

Hola, hola hola y bienvenidos al blog de Happy Gestion el lunes 13 de mayo de 2013,
venimos de asistir a una interesantísima exposición sobre el universo y su diversidad, en la cual nos han hablado de temas como el big bang, nebulosas, agujeos negros... etc.
Ahora nos disponemos a subir una nueva entrada y seguir con la creación de nuestro prezi.
Saludos almas verdes, y disfrutar de este día como si fuera el ultimo que la vida son dos días.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Preocupación en la ONU: El hielo del Ártico se ha derretido a ritmo récord en 2012

El hielo del Océano Ártico se derritió a un ritmo récord en 2012, el noveno año más cálido desde que se iniciaron los registros al respecto, afirmó hoy la agencia de la ONU especializada en estos temas.
En un informe sobre el año 2012, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) afirmó que, en agosto y septiembre del año pasado, las zonas heladas del  Ártico cubrían sólo 3,4 millones de kilómetros cuadrados, un 18% menos que en 2007, cuando se había registrado el precedente récord.
Para el secretario general de la OMM Michel Jarraud, se trata de "un preocupante signo del cambio climático".
"El año 2012 también dio lugar a otros (casos) extremos, como sequías y ciclones tropicales. La variabilidad natural del  clima siempre desembocó en extremos de este tipo, pero el cambio climático determina cada vez más las características físicas de los acontecimientos meteorológicos y climáticos extremos", aseguró.
"Por ejemplo, dado que los niveles globales del mar son actualmente 20 centímetros más altos que lo que eran en 1880, tormentas como el huracán Sandy están produciendo más inundaciones costeras", agregó.
La OMM afirmó que la temperatura global promedio de tierras y superficies marinas se estima 0,45 grados centígrados por encima del promedio del período que va de 1961 a 1990, que es de 14 grados Celsius.
Se trata del noveno año más cálido desde 1850, primero del que se tienen registros, y del vigésimo séptimo año consecutivo en el que la temperatura de tierras y superficies marinas supera el promedio 1961-1990.
"La tendencia continua al aumento de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero (...) confirma que el calentamiento proseguirá", afirmó Jarraud.
Temperaturas superiores al promedio se registraron en casi todo el planeta, particularmente en América del Norte, Europa meridional, Rusia occidental, partes del norte de África y Sudamérica meridional, apuntó la OMM.
Paralelamente, se registraron temperaturas inferiores al promedio en Alaska, partes del norte y este de Australia y Asia Central, agregó.
Las precipitaciones también cambiaron, con condiciones más secas que el promedio en gran parte del centro de Estados Unidos, México septentrional, noreste de Brasil, centro de Rusia y centro-sur de Australia.
Al mismo tiempo, hubo más humedad en el norte de Europa, el oeste de África, el centro-norte de la Argentina, el oeste de Alaska y la mayor parte del norte de China.
El huracán Sandy azotó primero el Caribe y luego llegó hasta la costa este de Estados Unidos a finales de octubre. Al menos 300 personas murieron en la región y se registraron pérdidas materiales por más de 75.000 millones de dólares únicamente en Estados Unidos.
La destrucción que causó Sandy incitó a la OMM a sacar ese nombre de la lista rotativa de nombres de tormentas, indicó este mes la agencia de la ONU.

CUADERNO DE BITÁCORA

8/05/2013

Buenos días hermanos verdes,

Os saludamos a primera hora de la mañana, en estos momentos tenemos varios proyectos entre nuestras manos, las realización de dos prezis, destinados ambos al blog, uno de ellos será la sintesís del blog en general, mientras que el otro estará destinado a relizar un resumen del tema que se nos ha asignado en la asignatura de CMC. A su vez en unos momentos subiremos una nueva entrada a nuestro blog.Os dejamos followers para seguir con nuestros proyecto, seguirnos en nuestro twitter: @HappyGestion

lunes, 29 de abril de 2013

CUADERNO DE BITÁCORA

30/04/2013

Buenos días hermanos verdes, el día de hoy vamos dedicar todos nuestros esfuerzos a realizar el un prezi, en el cual se vera una presentacion que englobe todos los temas que podemos encontrar en el apartado del libro que se nos ha otorgado. En los próximos dias subiremos alguna más más asi que seguir visitandonos.
Twitter: @HappyGestion.

lunes, 22 de abril de 2013

¿Qué está pasando bajo el hielo del ártico?



Desde hace unos años, oceanógrafos, climatólogos y ecólogos venían debatiendo la hipótesis de que el adelgazamiento del casquete polar ártico debido al cambio climático antropogénico podría estar provocando un incremento de la cantidad de luz que se transmite a través del mismo, lo que aumentaría la cantidad de luz disponible en los fondos marinos, dando lugar a cambios en la producción de algas y fitoplancton, en la biodiversidad y en los procesos principales que se producen en estos ecosistemas.

Es un hecho relativamente conocido que el grosor del casquete polar ártico está disminuyendo y que en la superficie del mismo se está desarrollando un importante número de lagunas de deshielo, especialmente durante el verano boreal. También sabemos que este hecho puede tener importantes consecuencias para la dinámica de las corrientes marinas y el clima del Hemisferio Norte. Sin embargo, seguramente nunca nos hemos preguntado acerca de las consecuencias de este proceso en los ecosistemas marinos situados inmediatamente debajo de las decenas o incluso cientos de metros de hielo que se acumulan en la superficie del Océano Glacial Ártico.
 
Desde hace unos años, oceanógrafos, climatólogos y ecólogos venían debatiendo la hipótesis de que el adelgazamiento del casquete polar ártico debido al cambio climático antropogénico podría estar provocando un incremento de la cantidad de luz que se transmite a través del mismo, lo que aumentaría la cantidad de luz disponible en los fondos marinos, dando lugar a cambios en la producción de algas y fitoplancton, en la biodiversidad y en los procesos principales que se producen en estos ecosistemas.

Un grupo de científicos del Instituto Helmhotz de Investigación Polar y Marina (Alemania), el Real Instituto Holandés de Investigaciones Oceanográficas y la Academia Rusa de Ciencias quiso dar respuesta a esta cuestión el pasado año, para lo que viajaron a bordo del navío oceanográfico alemán Polarstern a las regiones del centro-este del casquete polar ártico durante el mes de Septiembre, que es cuando este ocupa menos superficie y tiene menos grosor. Una vez allí, investigaron que está pasando exactamente bajo el hielo. Y encontraron cosas sorprendentes. Y esta semana publicaron sus resultados en la prestigiosa revista científica Science. Como ya habían confirmado otros estudios, la superficie inferior del casquete polar ártico se encontraba ocupada por enormes colonias de un alga diatomea llamada Melosira artica. Sin embargo, el aumento de la disponibilidad de luz a causa del adelgazamiento del casquete polar y el desarrollo de lagunas de deshielo estaba provocando un enorme crecimiento de estas colonias. Al morir, las algas se desprendían del hielo y alcanzaban el fondo del océano, en donde formaban enormes acúmulos que servían de alimento a diversos organismos marinos, y en particular, a un extraño tipo de Holoturias (pepinos de mar), que había aumentado considerablemente en tamaño y número.

Hoy por hoy podemos afirmar que el progresivo adelgazamiento del casquete polar ártico y el desarrollo de lagunas de deshielo en su superficie están aumentando la producción primaria y secundaria (la cantidad de materia orgánica vegetal y animal) existente en los ecosistemas marinos que se encuentran bajo el hielo. Las consecuencias de este hecho nos son aún desconocidas, pero dado que los modelos climáticos predicen una reducción mayor de la superficie y el grosor del casquete polar ártico, los ecosistemas del fondo marino en esta parte del planeta experimentaran sin duda profundas transformaciones durante las próximas décadas.

CUADERNO DE BITÁCORA

Buenos días hermanos verdes.
En los ultimos días hemos centrado nuestro trabajo como podréis ver, en encontrar entradas dde calidad, hoy mismo subiremos una nueva, que constara de un slideshare, en el cual se abordan los principales temas de la gestion sostenible del planeta. En los proximos días seguiremos subiendo entradas a la vez que haremos un prezi que abordara todas las entradas de nuestro blog. Por lo tanto seguir visitándolo.
Un saludo, desde las oficinas centrales de happy gestion.

Twitter: @HappyGestion

lunes, 15 de abril de 2013

Las ocho principales energías renovables



El desarrollo tecnológico de las renovables es cada vez mayor y ofrece muchas variedades de energía limpia e inagotable. Las renovables producen una energía limpia e inagotable y son la alternativa lógica y ecológica a los combustibles fósiles y contaminantes que dominan en la actualidad el panorama energético, según sus defensores. Su potencial es enorme y algunos expertos consideran que la unión y el desarrollo de todas  sus variedades podría cubrir de sobra las necesidades energéticas de toda la humanidad. Este artículo señala y explica las ocho principales energías renovables: biocombustibles, biomasa, cogeneración, eólica, geotérmica, hidráulica, solar y undimotriz y mareomotriz.

1. Biocombustibles

Los biocombustibles utilizan materiales tan diversos como cereales o aceites desechados para hacer un combustible alternativo a los derivados del petróleo. La fermentación de diversas plantas para convertirlas en alcohol utilizable como gasolina se denomina bioetanol, mientras que los basados en el aceite son los biodiésel. Los biocombustibles han sido criticados porque no serían tan ecológicos como señalan sus defensores. Por ello, se trabaja en una segunda generación que mejora los procesos tecnológicos, se basa en residuos o en materias primas no alimenticias y cultivados en terrenos no agrícolas o marginales.

2. Biomasa

Las renovables son la alternativa lógica y ecológica a los combustibles fósiles

La biomasa es el conjunto de los residuos orgánicos que genera la sociedad, desde los de la bolsa de basura del consumidor hasta los residuos agrícolas, ganaderos o forestales, según Manuel García, impulsor de Probiomasa, la organización que pretende aprovechar en España la biomasa como energía renovable. Los ciudadanos pueden utilizarla para climatizar sus viviendas y se pueden abastecer de la electricidad creada en instalaciones específicas. La biomasa resuelve el problema del tratamiento de los residuos desaprovechados del campo y el monte; reduce el riesgo de incendios forestales; ofrece otras posibilidades, como su uso como fertilizante en la agricultura; genera gran cantidad de empleo en zonas rurales; y combate el cambio climático.

3. Cogeneración

La cogeneración es un sistema que ahorra energía al producir electricidad y calor a la vez, en lugar de por separado, reduce emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y contribuye a la seguridad del abastecimiento energético y al desarrollo sostenible, según Javier Rodríguez, director general de Acogen, que representa a este sector en España. Sin embargo, sus detractores recuerdan que utiliza gas natural, un combustible fósil traído en su mayor parte del extranjero.

4. Eólica

La tecnología eólica es una de las renovables más consolidadas y la  de más potencial de desarrollo para los próximos años. Los grandes aerogeneradores se han vuelto parte del paisaje de muchas regiones españolas, aunque también han supuesto un impacto ambiental para las aves en algunos casos. Sus impulsores trabajan en mejores e innovadores diseños, como turbinas de una y dos palas, de eje vertical, voladoras, flotantes, minis o híbridos.




5. Geotérmica

La energía geotérmica se produce a partir del calor del interior de la Tierra. La geotermia superficial va de los cero hasta unos 300 metros y a partir de ahí se denomina geotermia profunda. La geotérmica se puede aprovechar en grandes instalaciones, capaces de producir varios megavatios (MW), o en calefacciones de distrito, una especie de calefacción central de un edificio pero para toda una ciudad. Los ciudadanos también pueden instalar sistemas domésticos geotérmicos de calefacción y agua caliente.


6. Hidráulica

Las grandes presas producen el 20% de la electricidad mundial y el 7% de la energía total. La energía hidroeléctrica reduce un 13% la emisión de agentes contaminantes a la atmósfera, aunque también es criticada por su impacto ambiental y social, como la desaparición de bosques, de hábitats de rica fauna y de la biodiversidad acuática o desplazamiento de pueblos y sus habitantes. Las centrales minihidráulicas utilizan la fuerza de los caudales de los ríos para producir energía y, al igual que su "hermana mayor", presenta importantes ventajas e inconvenientes.

7. Solar

La energía del sol se aprovecha de muchas formas. Los paneles fotovoltaicos de los tejados son los más conocidos, pero la evolución tecnológica ha logrado cuatro generaciones y diversas variedades: paneles de bajo coste, flexibles, aplicables como una pintura sobre cualquier superficie, paneles solares en órbita alrededor de la Tierra u hojas artificiales que imitan la fotosíntesis de las plantas. La energía solar térmica se aprovecha en instalaciones domésticas y grandes centrales para producir electricidad y calor. Gracias a ella se obtiene calefacción, se calienta el agua en viviendas, piscinas, se cuecen alimentos o se secan productos. El poder calorífico del sol también se utiliza mediante la "Concentración de Energía Solar" (CSP), unos espejos que siguen al sol y concentran su calor en un punto, tanto en grandes instalaciones como a pequeña escala (micro- CSP). Su variante, la fotovoltaica de concentración (CPV), concentra los rayos en unos paneles de alta eficiencia.

8. Undimotriz y mareomotriz

La tecnología undimotriz aprovecha la energía del movimiento de las olas. Diversos prototipos se prueban en países como Portugal, Noruega o España. La fuerza de las mareas también se postula como otra energía renovable más, la mareomotriz

Megarepresas y sus impactos ambientales

15/04/2013

Antes de leer esta entrada hay que tener claro el concepto de represa, en ingeniería se denomina presa o represa a una barrera fabricada con piedra, hormigón o materiales sueltos, que se construye habitualmente en una cerrada o desfiladero sobre un río o arroyo. Tiene la finalidad de embalsar el agua en el cauce fluvial para su posterior aprovechamiento en abastecimiento o regadío.

Los efectos negativos de la energía hidroeléctrica comenzaron a ser percibidos a medida que esta se fue desarrollando en países tropicales y sub-tropicales dado que en estas regiones las represas se construyeron con las condiciones opuestas a las mencionadas antes: clima cálido, malas condiciones sanitarias y alta densidad de población ribereña. Esta situación, sumada al hecho de que las represas construidas en países del Tercer Mundo suelen tener dimensiones monumentales, antes desconocidas, reveló los verdaderos impactos de las represas

La energía hidroeléctrica suele considerarse una energía “limpia” o “verde” pero ¿es esto realmente así? Cualquier persona que se pare ante la inmensidad de concreto que es la represa de Itaipú no puede más que darse cuenta de que semejante huella humana debe, forzosamente, tener impactos sobre el medio ambiente. El hecho de que esta energía no depende del uso de combustibles fósiles no debe hacernos caer en el error de pensar que no tiene efectos adversos sobre el ambiente; las energías llamadas "limpias" nunca son limpias cuando se producen en tan gran escala ni cuando producen un cambio tan drástico del ambiente, por el contrario, tienen graves impactos en vidas humanas y ecosistemas naturales, muchas veces irreversibles.

El área de influencia de una represa incluye no sólo sus alrededores y el embalse, sino también la cuenca del río, aguas abajo de la represa. Hay impactos ambientales directos asociados con la construcción de la represa, pero los impactos más importantes son el resultado del embalse del agua, la inundación de la tierra para formar el reservorio, y la alteración del caudal de agua, aguas debajo de la represa. Estos efectos tienen impactos directos en los suelos, la vegetación, la fauna, el clima y la población humana del área. Hay también efectos indirectos que incluyen los que se asocian con la construcción, el mantenimiento y el funcionamiento de la represa y el desarrollo de las actividades agrícolas, industriales o municipales que posibilita la fuente de agua que representa el embalse de la represa.

A pesar de esto, la cada vez mayor escasez de energía por el inminente agotamiento del petróleo y otros combustibles fósiles, sumada a la propaganda de que la hidroeléctrica es “verde”, hace que se planifiquen y construyan cada vez más represas. Cabe mencionar que estos mismos argumentos son los que se utilizan para promover otro tipo de energía: la nuclear.

Otro aspecto de gran relevancia es que muchas de estas megarepresas están construidas en zonas de humedales (por ejemplo, en nuestro país esto sucede en la región del Delta e Islas del Paraná). Estos ecosistemas son muy importantes, ya que, entre otras cosas, tienen una enorme biodiversidad y productividad, actúan como “esponjas” que retienen excesos de agua previniendo inundaciones, recargan acuíferos y depuran el agua. Los humedales son ecosistemas “de pulsos”, es decir, su correcto funcionamiento requiere de las pulsaciones de inundaciones regulares para sobrevivir, por lo que las represas son especialmente dañinas. En adición a la alteración de su régimen natural, otro de los impactos más nocivos es el favorecimiento de un proceso denominado “colmatación” que sucede cuando el agua en la zona de la represa deja de correr y, aguas arriba, el río original y sus tributarios siguen fluyendo, pero en un estado alterado, con un flujo muy lentificado. Esto hace que sedimentos que normalmente se trasladarían aguas abajo se depositen, haciendo que progresivamente disminuya la porosidad del suelo. Esto altera la capacidad de absorción del humedal, causando inundaciones y evitando la recarga de acuíferos y la depuración del agua.

En nuestro país el problema ambiental de las represas afecta mucho a la ecorregión de Delta e Islas del Paraná, no sólo por la presencia en ésta de la represa de Yacyretá, sino también porque Brasil es un país con una gran “apuesta” a la energía hidroeléctrica, por lo que en el curso superior del Río Paraná hay un elevado número de represas, que alteran los tramos medio e inferior del mismo. Esto se ve agravado por el hecho de que, a pesar de que los impactos de las represas son conocidos, en la actualidad, hay planificaciones para muchos proyectos hidroeléctricos nuevos en el área, tanto en Brasil como en nuestro país.

Frente a este panorama, se vuelve especialmente relevante realizar una reevaluación de los impactos de estos complejos y fomentar una concientización sobre el costo ambiental que implican para la sociedad.


  •  Impactos a nivel global: aportes de las represas a la crisis ecológica mundial
  • Pérdida de Biodiversidad
  • Cambio Climático
  •  Ciclos de Nitrógeno y Fósforo:
  •  Uso mundial de agua dulce:
  • Cambio del uso de la tierra
  • Acidificación de los océanos:
  • Contaminación química
  • Liberación de aerosoles a la atmósfera:


miércoles, 27 de marzo de 2013

Cada año se deforestan 310.349 hectáreas

27/03/2013
 
 Según MinAmbiente, la pérdida total de bosque fue de 6.206.000 hectáreas entre 1990 y 2010. Aproximadamente el 40 por ciento de la deforestación ocurrió en la Amazonia.

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible reveló la tasa oficial de deforestación de Colombia, según una metodología desarrollada por científicos y coordinada entre el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi) y el Ideam.
Entre 1990 y el 2010 fueron deforestadas, en promedio, 310.349 hectáreas al año en Colombia. Esto quiere decir que, cada 12 meses, desaparecen casi dos veces el área total de Bogotá (según la Secretaría Distrital de Planeación de la capital, el área total de la ciudad es de 163.000 hectáreas en el 2011).
Esto se traduce en que Colombia perdió, en esa década, 6’206.000 hectáreas de bosque, es decir 5,4 por ciento de la superficie del país, según el Ministerio de Ambiente.
La misma cartera reveló que el 40 por ciento de la deforestación en ese lapso ocurrió en la Amazonia y el 32 por ciento, en la región Andina. Por su parte, la pérdida del 41 por ciento de bosque natural ocurrió en la jurisdicción de tres Corporaciones Autónomas Regionales: Corporamazonia (Caquetá, Putumayo y Amazonas), Cormacarena (Meta) y CDA (Guainía, Guaviare y Vaupés).
Llama la atención que recientes investigaciones, específicamente para el segundo semestre del 2012, identificaron nuevos focos de deforestación en el Pacífico colombiano, principalmente en zonas aledañas a la vía Cali-Buenaventura, Tumaco y Urabá. Y permanecen activos los focos en el norte de la Amazonia y Orinoco.
"Esta información nos han ayudado a diseñar un paquete de políticas, normatividad, planes y proyectos para llegar a estos lugares con acciones que contrarresten y eviten efectivamente la deforestación", afirmó el ministro de Ambiente, Juan Gabriel Uribe.
Las causas de la deforestación
La investigación de las entidades determinó que la mayoría del terreno desforestado (56 por ciento) se transformó en coberturas de pasto y el 10 por ciento en áreas agrícolas.
Por su parte, los bosques secundarios Andinos, que se caracterizan por una alta biodiversidad, han sido reemplazados por pasturas degradadas. Así mismo, la ganadería extensiva es una de las principales causas de deforestación. El área para esta actividad se ha expandido de 14,6 a 38 millones de hectáreas en los últimos 50 años.
Otro de los temas preocupantes es la minería ilegal. Esta actividad ha tenido efectos nocivos para el medio ambiente especialmente en el Pacífico, Amazonia y Magdalena Medio. De igual manera, el 39 por ciento del área que ocupan los cultivos ilícitos coincide con 10 municipios en los que hay deforestación.
El Ministerio de Ambiente también da una cifra preocupante: solamente el 58 por ciento del aprovechamiento de madera en Colombia es legal.
Ante este panorama, la cartera está trabajando de la mano con el Ministerio de Agricultura para reducir el impacto de la ganadería extensiva en los bosques naturales en cerca de 75.000 hectáreas en siete regiones del país. 

att. Vicente Cubells

lunes, 25 de marzo de 2013

La deuda climática

22/03/2013

El cambio climático se encuentra entre las principales prioridades políticas, científicas, económicas y morales del siglo 21. La estabilidad planetaria, y por ende la seguridad de la humanidad, depende de las medidas que se tomen ahora para mitigar el impacto de la actividad humana sobre el clima.
Todavía es posible evitar cambios climáticos catastróficos. Pero para lograrlo se necesita una movilización coordinada a escala planetaria similar a la de la Segunda Guerra Mundial. No hay excusa para el retraso, pues cuando nuestros hijos se enfrenten a olas extremas de calor, sequías, tormentas, inundaciones, epidemias y hambrunas, ya sería demasiado tarde.
Una de las características mas insólitas de las negociaciones internacionales sobre cambios climáticos es la vergonzosa relación entre los burócratas de los países en desarrollo, donde se encuentra el 83% de la humanidad, y los burócratas de una élite minoritaria pero privilegiada y prepotente: los representantes de los países industrializados.
Durante años los países en desarrollo han venido solicitando, sin éxito, que las naciones industrializadas cumplan con obligaciones explícitas del Acuerdo Marco sobre Cambios Climáticos de 1992, como las relacionadas con sus desproporcionadas emisiones de gases del efecto invernadero. O las vinculadas a su mayor capacidad, tanto tecnológica como económica, para reducir emisiones. Solicitan también, sin éxito, que se cumplan los compromisos sobre la transferencia de tecnologías menos contaminantes, en términos preferenciales, para evitar incrementos innecesarios en las emisiones de países en desarrollo por su dependencia de tecnologías obsoletas.
Tampoco se ha cumplido el compromiso de los países industrializados de facilitarle recursos financieros a los países más pobres, tanto para asegurar que su desarrollo se fundamente en procesos energéticos más eficientes y menos contaminantes, como para asistir en su adaptación a los inevitable impactos climáticos que se avecinan.
El único acuerdo concreto de la cumbre de Copenhagen en Diciembre 2009 fue el de evitar que la temperatura promedio del planeta aumente mas de 2ºC sobre el promedio de la época preindustrial. El fracaso de Copenhagen no se limita a la ausencia de un acuerdo legalmente vinculante. El verdadero fracaso es la ausencia de una estrategia para alcanzar el objetivo de los 2ºC, la ausencia de compromisos efectivos para la reducción de emisiones, la ausencia de un mecanismo para distribuir las responsabilidades y la ausencia de recursos financieros para asistir a los países más pobres en su adaptación a cambios climáticos generados principalmente por países industrializados.
Las negociaciones sobre cambios climáticos en Durban, Sur África, en Diciembre 2011, sólo sirvió para ratificar el compromiso de los 2ºC. Cada país deberá presentar sus contribuciones voluntarias con dicha meta para el 2015, a ser implementadas sólo a partir del 2020. En tales condiciones, sin objetivos vinculantes, coordinados y compatibles con la meta de los 2ºC, para el 2020 el planeta estaría rumbo hacia un aumento promedio de temperatura de 4ºC, con calamitosas implicaciones para toda la humanidad.
Un estudio reciente del Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA y el Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia, concluye:
En el Plioceno temprano, cuando el nivel del mar era 25 metros superior al actual, la temperatura superaba por apenas 1ºC la del Holoceno, no más de 2ºC superior a la temperatura promedio de la era preindustrial. El objetivo actual de limitar el calentamiento global a 2ºC y la concentración de CO2 a 450 partes por millón es una prescripción para el desastre”(Paleoclimate Implications for Human-Made Climate Change, NASA 2011)

att. Vicente Cubells

martes, 12 de marzo de 2013

Cambio climático ¿Estamos o no estamos a tiempo

12/03/2013

Uno de los temas a los que aparentemente se le está dando cierta relevancia en la opinión internacional es si aun estamos o no a tiempo de revertir los efectos que nuestras emisiones de gases están causando en el clima del planeta.
Veamos, los cambios en el clima del planeta entero -a excepción de una catástrofe natural como la caída del meteorito que hace 365 millones de años causó abruptas modificaciones – se van dando naturalmente de una forma muy paulatina, es decir, tienen que pasar mas de 100 vidas de un hombre para ver solo un pequeño cambio.
Los ciclos de la Tierra llevan tantos años que para una persona resultan casi incomprensibles, ya que no podemos tener clara noción de lo que significan dos o tres millones de años, cuando vivimos apenas 100.
Sin embargo, tanto por los avances tecnológicos como por la forma en la que se fueron desarrollando nuestras sociedades, hemos adquirido la capacidad de acelerar estos procesos, de alterarlos e incluso de superar la extraordinaria capacidad del planeta de absorber esos cambios y encauzarlos, adaptándolos a sus propios tiempos.
El planeta desde sus inicios nunca ha dejado de mutar, desde las mas frías eras glaciales, hasta las etapas mas calurosas. Sin embargo estos cambios siempre han sido tan “lentos” que ningún ser vivo hubiera sido capaz de percibirlos.
Todo eso hasta que, hace unos pocos cientos de años, llegó a nuestras sociedades la “Revolución Industrial”. De allí en adelante todos sabemos lo que pasó, el crecimiento de la industria ha sido tan grande y tan veloz que un día nos tomaba meses cruzar el Atlántico y al otro lo hacíamos en 4 o 5 horas. Un día las guerras eran con fusiles y bayonetas y al otro con bombas atómicas, misiles teledirigidos y uranio empobrecido.
Para los millones muertos causados por el Tsunami, el Huracán Katrina, las inundaciones y sequías que van y vienen en todo el mundo. Para los cientos de millones de muertos vivos de los países “en desarrollo” que no comen, que no tienen acceso al agua potable, que no pueden acceder a servicios de salud básicos, para los envenenados por las fumigaciones, por la minería o por las innumerables industrias que beben y contaminan el agua de los pobres para producir bienes de lujo para los ricos. Para ellos ya no estamos a tiempo.
Según un estudio de la ONG Save the children, los desastres derivados del cambio climático, que abarcan desde sequías a lluvias torrenciales, provocarán que en 2010 haya en todo el mundo 50 millones de desplazados medioambientales, la mayoría de ellos mujeres y niños. Esto sucederá hagamos lo que hagamos de aquí a ese momento. Para ellos tampoco estamos a tiempo.
Pero el ser humano ha sabido cubrir cada espacio del planeta, se ha sabido adaptar a todos los climas y es probable que sobreviva a cualquier cambio en el clima que el futuro nos depare. El punto es que tengamos claro que, de las decisiones que tomemos ahora, dependerá la cantidad de personas que sobrevivan y las condiciones climatológicas en las que ellos deberán existir.
¿Pensaremos individualmente, tratando de disfrutar de nuestra vida lo mas que podamos o aprenderemos a pensar como especie, sacrificando parte de nuestro bienestar por el de nuestros hijos, nietos o quienes los sucedan?.

lunes, 4 de marzo de 2013

¿Cuánta radiación emiten los Smartphones actuales

04/03/2013

Hoy como podréis ver nuestra entrada va a romper un poco con el esquema de entradas que hemos subido ultimamnete como podréis ver, pero igualmente en ella se refleja como las nuevas tecnologías cuando son utilizadas de forma irresponsable pueden llegar a afectar tanto a nuestro planeta comoa las propias personas, que es en lo que se centr principalmente la entrada
El valor SAR es un aspecto muy importante a tener en cuenta si nos interesa la relación del smartphone con nuestra salud.
El valor SAR es un aspecto muy importante a tener en cuenta si nos interesa la relación del smartphone con nuestra salud.
No es la primera vez que abordamos el tema del impacto en nuestra salud de la radiación que emiten los teléfonos móviles, aunque nunca está de más una actualización para ponernos a tono respecto a cómo se está moviendo el mercado en función a este aspecto; que si bien está alejado de lo último en pantallas, procesamiento, software y cámaras, no por eso deja de ser importante.
Si lo que un smartphone genera en materia de radiofrecuencias tiene un impacto real y serio sobre nuestra salud es un tema de discusión permanente. Un importante segmento de la comunidad científica internacional coincide en que los niveles de radiación que emite un teléfono móvil y las antenas con las que se contactan son demasiado débiles como para romper algunos de los enlaces químicos que forman parte del cuerpo humano, producir eventuales daños en el material genético de las células u otros efectos adversos.
En 1998 la OMS dio a conocer que, para provocar un efecto realmente nocivo sobre partes sensibles de nuestro cuerpo, se necesitaría la potencia emitida por radares militares de última generación, un parámetro muy lejano al de los equipos que actúan en zonas urbanas.
Ahora bien, los que están en “la vereda de enfrente“, principalmente biólogos, aseguran que esa radiación de baja frecuencia declarada inofensiva en realidad provoca cambios eléctricos en la membrana de todas las células del cuerpo, alterando los flujos celulares de algunos iones, sobre todo el calcio, lo que podría tener efectos biológicos como:
  • Insomnio.
  • Depresión.
  • Trastornos de atención y memoria.
  • Presión arterial alta (hipertensión).
  • Variaciones en ritmo cardiaco y aparatos que lo regulan (marcapasos).
  • Ojo seco y visión borrosa.
  • Calambres y dolor articular.
  • Piel seca.
  • Distintos tipos de cáncer, sobre todo leucemia.
  • Alteraciones neurológicas y del aparato reproductor.
  • Malformaciones fetales.
También hay estudios que relacionan la aparición de cáncer en niños con el uso de teléfonos móviles por parte de éstos, aunque esos estudios no son concluyentes.
En función de éstas y otras probabilidades es que a nivel mundial se establecen valores máximos de SAR para aprobar la venta de un smartphone. El SAR es la potencia máxima que absorbe un tejido vivo a partir de la emisión de radiofrecuencia de cualquier dispositivo electrónico, medida en Watts por Kilogramo (W/Kg). Para determinar este valor se tienen en cuenta tres aspectos: la potencia de la frecuencia emitida por el equipo, la posición relativa al cuerpo humano durante su uso, y la zona del cuerpo afectada directamente. En el caso de un smartphone el estudio se hace en función al uso del aparato apoyado a la cabeza (mientras se habla). Aunque las costumbres también llevan a pensar en zonas como la entrepierna (a partir del uso del bolsillo para su traslado).
En los Estados Unidos, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) establece como límite un valor de 1,6 W/Kg de impacto sobre 1 gramo de tejido.
En Europa, la UE establece este mismo límite en un valor de 2 W/Kg, basándose en un impacto sobre 10 gramos de tejido.
Con este dato como parámetro veamos cómo están posicionados los equipos de la actualidad:


 Posición


Dispositivo


SAR (en W / Kg)

1

Samsung Galaxy Note II

0,171 W / Kg
2 Samsung Galaxy Note 0,209 W / Kg
3 Samsung Galaxy S2 0,247 W / Kg
4 Samsung Galaxy Nexus 0,303 W / Kg
5 Samsung Galaxy S3 0,342 W / Kg
6 Google / LG Nexus 4 0,550 W / Kg
7 HTC One S 0,687 W / Kg
8 Samsung Galaxy Ace 0,840 W / Kg
9 Apple iPhone 5 0,901 W / Kg
10 Blackberry Z10 0,970 W / Kg
11 Apple iPhone 4s 1,110 W / Kg

Si bien ningún equipo siquiera roza el límite más estricto (impuesto por la FCC), los equipos de Apple y BlackBerry son los que más se acercan, mientras que los de Samsung están más alejados.
De todas formas hay consejos básicos para evitar cualquier inconveniente, como el no llevar el teléfono en el bolsillo y evitar acercarlo al oído apenas se atiende la llamada o mientras suena, ya que en ese momento es cuando el equipo entrega su mayor potencia de enlace. Una vez que la llamada está en curso, el nivel de radiación baja notablemente.

CUADERNO DE BITÁCORA

04/03/2013

Buenos días hermanos verdes.

Como podeis ver ya hemos subido el espereradisimo trabajo de investigación, en el podréis encontrar una amplisima fuente de información acerca de las ONGDen concreto de ECOSOL y PETJADES.
Una vez subido el trabajo nos vamos a volver a centrar en subir nuevas entradas. Antes cualquier duda que os pueda surgir transmitirnosla mediante comentarios y estarios encantados de contestarosla lo mejor que podamos e incluso podríamos pedir información a las mismisimas personas intengrantes de las ONGD.
En los últimos días además de realizar el trabajo nos hemos dedicado a arreglar un problema que tuvimos con el pasador de imagenes del blog, a causa de un codigo HTML mal introducido. Ahora en breves momentos pdréis ver una nueva entrada interesantisima en nuestro blog.

Hasta pronto almas verdes, y recordar, el mundo es nuestra casa y hay que cuidarla.
 

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